Manuel Ajenjo
En su mensaje para todo México y, en especial, para Nuevo León, con el que Samuel García Sepúlveda anunció su regreso al gobierno de su estado después de su absurda aventura como precandidato a la presidencia, además de las denuncias sobre el intento de chantaje del PRIAN ya comentadas en la columna del martes, lanzó una advertencia para ambos partidos en relación con el 2024, “tengan por seguro que los vamos a borrar de Nuevo León, no van a ganar un solo diputado de Nuevo León, van pa’ fuera”. Su comunicado lo rubricó con una advertencia y una promesa: “hoy, esto apenas comienza. Hoy les digo desde Nuevo León, que el 2030 está muy cerca, y ahí me van a tener y vamos a ganar y ya no nos van a poder bajar, porque lo que hoy inició en todo México, esta sacudida de las juventudes, ya nadie nos para (sic). Muy buenas tardes.
Por las palabras empleadas y el tono beligerante con el que las manifestó hacen pensar que la tragicomedia que aquí hemos llamado el Samuelgate no concluyó con el regreso de García Sepúlveda al Poder Ejecutivo estatal. Lo ocurrido el pasado fin de semana en la entidad neoleonesa, no fue el epílogo de una ambición frustrada, si no el prologo de una pugna política, cuyas repercusiones tendrán efecto en el transcurrir de los cuatro difíciles años de gobierno que le esperan al neoleonés
La arrogancia de Samuel es de alta gama. Su autoproyección hacía el 2030 nos hacen percibirlo como que no se ha percatado que ante la opinión pública su imagen se ha desacreditado y que dentro de seis años no tendrá la misma frescura ante los jóvenes que serán, al igual que él, ya no tan jóvenes, ni tan ingenuos como para irse con la finta de la popularidad de la influencer Mariana Rodríguez y unos tenis naranja fosforescentes.
La pérdida de confianza de Samuel ante la ciudadanía es un hecho irrefutable. La manera como defendió su efímera candidatura presidencial, lo pintan como ignorante de las leyes, mentiroso y arbitrario, capaz de recurrir a toda clase de triquiñuelas con tal de hacer su voluntad aunque ésta esté lejos de la legalidad.
Por lo que respecta al dueño o presidente del Consejo de Administración de Movimiento Ciudadano, el senador Dante Delgado, que ya se saboreaba los 15 puntos o un poco más que Samuel hubiera podido jalar, además de varios puestos en la cámara y en el senado, para el partido que presumía —modo incondicional del verbo ya te chingaste— de ser diferente a los partidos tradicionales.
En un hecho que el mismísimo Dante podría participar de esta Divina Comedia como candidato presidencial, únicamente que el contraste de un viejo político de 73 años con el arrojo y la energía, demostrados por Samuel, le deja un hándicap difícil de superar.
Sin embargo el senador Delgado Rannuaro, ha tomado las cosas con calma y luciendo unos tenis naranja fosforescente, como si éstos fueran un talismán electoral, reapareció el pasado lunes para anunciar que su partido no tiene prisa —ni un buen candidato— para nombrar al sustituto de Samuel, que se da de plazo para hacerlo hasta el 20 de enero del año que está por nacer. Suenan nombres como del diputado Jorge Álvarez Máynez; de la senadora Patricia Mercado, quien ya fue aspirante a la presidencia en el 2012, y del también senador Juan Zepeda. De Marcelo Ebrard, ya ni hablamos.
Mientras tanto la nota es que ha surgido un nuevo dato para National Geografic: El oso Kodiak es el segundo más grande del mundo. El más grande es el que recién hizo Samuel García.
Punto final
Diagnósticos de psiquiatría: 1.- Psicosis: Hablar con el gato. 2.- Paranoia: Cuidarte de lo que hablas delante del gato. 3.- Esquizofrenia: El gato te comienza a hablar. 4.- Depresión: Supones que el gato te ignora.
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