Manuel Ajenjo
Me propongo enumerar y comentar una serie de equivocaciones que han cometido en lo que va de la campaña electoral las candidatas y el candidato a la Presidencia del país. En un principio pensé titular mi texto con el sustantivo dislate en plural, palabra más comprometedora según la definición que da en su prestigiado diccionario, la filóloga y lexicógrafa, María Moliner (1900-1981): “Acción que produce o es probable que produzca muy malos resultados, o dicho que envuelve un gran error”. Pero como en nuestro país las equivocaciones que cometen los aspirantes a un cargo político no trascienden a la mayoría ciudadana al grado de producir malos resultados para quienes las cometen, deseché el sustantivo. En México los errores de las y los aspirantes políticos a lo más que llegan es al escarnio de los caricaturistas y críticos, según la facción con la que éstos simpaticen o estén en su nómina.
Pero ya me fui muy lejos sólo para justificar, en mi encabezado, el uso del coloquialismo patinadas, del verbo reflexivo “me apendejé”, como dijo Xóchitl cuando se descubrió que en el reporte de prácticas profesionales con el que se tituló copió, sin citar a los autores, párrafos de textos ajenos. Y así ya saqué al balcón una patinada de la hidalguense.
Jorge Máynez, únicamente tiene un error en el score, el cometido en un palco del estadio El Volcán, en Monterrey, durante el partido Tigres vs. Pumas, cuando al encontrarse, ligeramente trastornado por la bebida de moderación conocida popularmente como “chela”, hizo mofa de las multas que el INE impuso a Samuel García, ahí presente, por su efímero registro como precandidato. También mandó saludos hasta Sonora a Beltrones: “Ay papá te la vas a pelar”. Y señaló al expriista, ahora emecista, Ernesto Pato de Lucas Hopkins, candidato al Senado por el precitado estado, quien también gozaba de la mexicana alegría.
En su discurso de inicio de campaña en el Zócalo, Claudia Sheinbaum, tuvo un ligero patinón al decir: “sólo hay dos caminos este 2 de junio, que siga la corrupci…” corrigió “que siga la transformación”.
Antes de alistarse como candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, inauguró una amplia cadena de errores. Fue en el capitalino Monumento a la Revolución, cuando en la parte más elocuente de su discurso: “Pude haber claudicado muchas veces, motivos y obstáculos no me faltaron. La verdad de las cosas es que lo he intentado más de una ocasión… ¡ya se me fue el discurso! dijo la, todavía senadora, con una risita nerviosa. Lo que se le fue era el teleprompter en el que leía.
La semana pasada ambas candidatas dieron de qué hablar: Claudia expresó algo políticamente incorrecto porque contiene un gesto de arrogancia que por bien que vaya en las encuestas no le va bien a su persona: manifestó explícitamente su triunfo electoral al aseverar: “que la elección es sólo cuestión de trámite”. Por su parte Xóchitl, en una reunión sobre educación dijo: “Tenemos que buscar nuevas estrategias pedagógicas muy innovadoras (…) yo me aprendí los 5 continentes de las capitales del mundo de memoria (…) Ahora te metes a google e inmediatamente sabes cuál es la capital del mundo”. (Sin comentarios)
Recordarán lo que le sucedió a la candidata de la alianza opositora en Chiapas al comentar que hay malos priistas con los que ella “no trabajaría como Bartlett y Alito”. Minutos después tuvo que enmendar.
El pasado 10 de mayo Claudia, en un mitin en Baja California Sur, expresó: “Nosotros no vamos a llegar a la presidencia como lo hizo el presidente Andrés Manuel, por una ambición personal, nosotros llegamos a hacer justicia” Al acabar el acto rectificó: “El presidente López Obrador llegó a transformar nuestra patria”.
¿Fue un lapsus linguae? O una manifestación del inconsciente en forma de equívoco que aparece en la expresión consciente, diría Freud.
Punto final
El 2 de junio fíjense bien donde ponen la cruz porque después hay que cargarla.
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