El arte es un poderoso mensaje a través del cual se puede dirigir a un grupo específico. Si tienes un talento y puedes compartirlo, esa es la fe más débil.
Participa en cualquier cosa en la que tengas éxito y no seas tímido, es hora de que salga tu talento.
Abdullah Wigh
En Gaza muere un niño cada 15 minutos. Más de 9.000 personas han muerto en Palestina e Israel.
Más de 2 millones de personas viven en Gaza, y casi el 50% son niños menores de 18 años. El bloqueo los ha dejado en gran medida sin agua potable, alimentos ni combustible. Hoy, 6 de noviembre (a casi un mes de los ataques de Hamas a Israel), ONG´s perdieron contacto con los trabajadores humanitarios en Gaza, mientras el enclave palestino enfrenta su tercer apagón de comunicaciones de la guerra entre Israel y Hamas, según los operadores.
En Israel cientos se manifestaron frente a la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, este sábado, enfrentándose a la policía mientras denunciaban la respuesta del gobierno al ataque de Hamás. En medio de peticiones de "¡cárcel ahora!" y agitando los colores nacionales, cientos de personas atravesaron las barreras de seguridad en Jerusalén. Esta oleada de protestas refleja el sentimiento de una encuesta reciente en la que una mayoría significativa de los israelíes, más de tres cuartas partes, expresaron que Netanyahu debería dimitir, destacando el creciente descontento público con el manejo de los desafíos políticos y de seguridad por parte de sus líderes.
El 7 de octubre 2023, terroristas de Hamás atacaron por sorpresa el territorio de Israel y mataron a más de 1400 personas en sus casas, en un festival de música y en las calles. En represalia, el gobierno israelí prometió destruir a Hamás, el grupo armado palestino que controla la Franja de Gaza.
Para no olvidar
Soy un pintor que no podía ver las masacres y el terrorismo que ocurrían en Palestina sin hacer nada. Desde que Israel bloqueó el Puerto de Rafah hacia Gaza que nosotros (los egipcios) solíamos usar para enviar alimentos y suministros de salud al otro lado, descubrí que la única forma posible que puedo utilizar para ayudar a los débiles en este momento es difundir el dolor y el sufrimiento que viven todos los días en el mundo a través de mis pinturas. Dado que nosotros (los árabes) tenemos, históricamente, un conocimiento más profundo sobre el conflicto... el objetivo principal, para mi ha sido que mis seguidores extranjeros, que no saben lo que realmente está sucediendo allí, conozcan lo que sucede a través de mi trabajo. Abdullah Wigh
Así el arte no solo refleja el contexto social, sino que también puede influir en él. Las obras de arte pueden inspirar cambios sociales, generar debates y cuestionar el statu quo.
En agosto de este año Abdullah había borrado la mayor parte de su trabajo en redes ya que es musulmán: "Los musulmanes no podemos dibujar a ningún ser que tenga alma: animales y personas, para nosotros son cosas de Dios, y esto sería como imitarle". argumenta "Borré todo mi antiguo trabajo en las redes sociales de unos meses de todas partes que subí a lo largo de los años tanto como pude". Hoy la necesidad de NO OLVIDAR es más fuerte y vuelve a su obra. Cuando se puede alzar la voz, se debe alzar la voz. El eco llega lejos.
A veces hay que dejar pasar el tiempo, digerir lo que ha pasado, asimilar la tragedia para poder contarla como sucedió con la pandemia de Covid, otras veces hay que gritar. Así las imágenes de Abdullah Wigh congelan un momento mucho más contundente que una fotografía. Espejo que interpreta una realidad, que no porque contiene belleza esconde la crueldad.
El mundo se divide entre Israel y la causa palestina
Alrededor del mundo se han registrado toda clase de protestas para respaldar tanto a los palestinos como a los israelíes. Manifestaciones que han tenido diferentes matices, como judíos que se consideran antisionistas y marchas por la causa palestina que rechazan a Hamás. Esto en medio de un repunte de la violencia contra judíos y musulmanes en diferentes países.
Aquellos que no están
La posición de las camas vacías, Plaza Safra, Jerusalén.
Anitzel Díaz
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