En la cosmovisión de los pueblos nahuas, representa la idea de estar profundamente arraigado a la existencia, la comunidad, la naturaleza y la sabiduría ancestral.
Neltiliztli es una palabra náhuatl que significa "raíz" o "lo verdadero". Pero más allá de su significado literal, es una idea profunda sobre cómo debemos estar conectados con el mundo, con nuestra comunidad y con nosotros mismos. Para los pueblos nahuas, neltiliztli representa un arraigo que no solo es físico, sino también espiritual y emocional. Es la base de una vida en armonía, donde el bien vivir se alcanza al mantener un equilibrio con todo lo que nos rodea.
Para entender mejor esta idea, pensemos en la relación que los antiguos nahuas tenían con la Tierra. No la veían solo como un recurso para explotar, sino como un ser vivo con el que compartían existencia. Cuidarla, respetarla y aprender de ella era una forma de honrar el neltiliztli. Hoy en día, con la crisis ecológica que enfrentamos, este principio sigue siendo más relevante que nunca. Volver a ese arraigo con la naturaleza nos permitiría vivir de una manera más consciente y sostenible.
Pero el arraigo no se limita solo a la Tierra. También está en la comunidad, en las relaciones que construimos con los demás. En la visión nahua, el individuo no es un ser aislado, sino parte de un entramado social donde cada persona cumple un papel importante. Valorar la colectividad, la solidaridad y el respeto mutuo es otra forma de vivir el neltiliztli. En un mundo donde el individualismo parece imponerse cada vez más, recordar la importancia de nuestra conexión con los demás nos ayudaría a construir sociedades más justas y equilibradas.
Otro aspecto fundamental del neltiliztli es el arraigo a la identidad. Mantener vivas las tradiciones, la lengua y los saberes ancestrales es una forma de honrar nuestra historia y fortalecer nuestro sentido de pertenencia. En muchos lugares, las culturas originarias han sido desplazadas o invisibilizadas, pero su conocimiento sigue siendo una fuente invaluable de sabiduría. Recuperar y valorar nuestras raíces es una manera de encontrar dirección en un mundo que a veces parece moverse demasiado rápido y sin rumbo claro.
Por último, el neltiliztli también implica un arraigo ético. Vivir con integridad, actuar con justicia y ser fieles a la verdad son principios que nos ayudan a caminar con firmeza por la vida. No se trata solo de seguir reglas impuestas, sino de construir una forma de vida basada en la honestidad y el respeto. En un tiempo donde la corrupción y la desinformación son problemas constantes, regresar a estos valores nos permitiría vivir con mayor paz y dignidad.
El neltiliztli es una invitación a enraizarnos en lo que realmente importa: la Tierra, la comunidad, nuestra identidad y nuestra ética. No es solo una filosofía antigua, sino una guía para enfrentar los desafíos del presente con sabiduría y equilibrio. Volver a nuestras raíces no significa quedarnos en el pasado, sino fortalecerlas para crecer con firmeza hacia el futuro.
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El libro - La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes de Miguel León-Portilla- sostiene que los tlamatinime, los "sabios" nahuas, desarrollaron un pensamiento que, aunque diferente de la tradición filosófica occidental, reflexionaba sobre temas universales. Destaca tres conceptos fundamentales:
La búsqueda del "rostro y el corazón" (in ixtli, in yollotl): una forma de autenticidad y sabiduría personal.
La naturaleza efímera del mundo: expresada en la frase "¿Acaso se vive de verdad en la tierra?", reflejo de una cosmovisión donde la existencia es fugaz.
La "raíz del conocimiento": el esfuerzo por hallar la verdad en un mundo incierto.
Anitzel Díaz
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