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¿México tiene la capacidad de recibir y repatriar a deportados extranjeros?

anitzeld

México enfrenta desafíos económicos, sociales y de infraestructura al intentar abordar el flujo de migrantes.


Aunque tiene recursos limitados en comparación con otros países, como Estados Unidos, el problema no radica únicamente en la falta de capacidad económica, sino también en la manera en que se gestionan los recursos y las políticas migratorias.


INM y Comar, rebasados ante crisis migrante

A pesar de lo anterior la actual administración bajó recursos a Gobernación para temas migratorios en 2025. INM, Comar y algunas coordinaciones tendrán menos fondos. 

Después de un año en el que México alcanzó cifras récord de detenciones de extranjeros indocumentados, en su mayoría provenientes de Centro y Sudamérica, el panorama migratorio luce complicado. Para 2025, las instituciones encargadas de atender a los migrantes enfrentarán un recorte del 54% en sus presupuestos, lo que pone en duda su capacidad para manejar la situación.


Para este año se asignaron mil 851 millones 531 mil 280 pesos en conjunto para INM, Comar, Unidad de Política Migratoria y Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur.




Quédate en México


México cuenta con acuerdos bilaterales, particularmente con Estados Unidos, para recibir a ciudadanos mexicanos deportados. Los puntos principales de ingreso suelen ser ciudades fronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa, que cuentan con infraestructura básica para la recepción.


Problemáticas clave:


  1. Infraestructura y servicios insuficientes: Muchas ciudades fronterizas y albergues en México están desbordados, sin recursos suficientes para ofrecer alojamiento, alimentos y atención médica a los migrantes.


  2. Desigualdad económica: México tiene una economía en crecimiento, pero sigue enfrentando altos niveles de desigualdad. Esto dificulta la canalización de recursos hacia problemas migratorios cuando aún hay necesidades internas sin atender.


  3. Presión internacional: México actúa como país de tránsito para migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, pero también enfrenta presiones externas para detener o gestionar estos flujos, especialmente debido a acuerdos con EE. UU. como el Título 42 y el programa de "Quédate en México".



Cómo funciona la repatriación


México tiene la capacidad de repatriar a personas de otras nacionalidades que no cumplan con los requisitos legales para permanecer en el país, un proceso gestionado principalmente por el Instituto Nacional de Migración (INM). Sin embargo, este procedimiento enfrenta varios desafíos.


Uno de los principales retos es la identificación y documentación de los migrantes, ya que verificar su nacionalidad puede ser complicado, especialmente cuando no cuentan con documentos oficiales. Además, las repatriaciones implican gastos considerables, como transporte, alojamiento temporal y la coordinación con las embajadas de los países de origen, lo que representa una dificultad adicional ante los recursos limitados disponibles.


Otro aspecto crítico es el respeto a los derechos humanos. Aunque es esencial garantizar condiciones dignas para los migrantes, en ocasiones las estaciones migratorias enfrentan una saturación que complica este objetivo.


En las ciudades fronterizas, donde los recursos son limitados, la presión por atender grandes flujos migratorios se intensifica. Además, la coordinación internacional es indispensable, ya que México debe trabajar estrechamente con los países de origen para facilitar el retorno de los migrantes.


Esto se vuelve aún más complejo cuando algunos provienen de regiones con violencia o crisis económicas, lo que plantea problemas humanitarios que dificultan su retorno seguro.

Aunque México tiene la capacidad legal y logística para manejar deportaciones y repatriaciones, el proceso requiere de colaboración internacional, un enfoque humanitario y mayores recursos para evitar violaciones a los derechos humanos.


Los recursos son limitados, algunos expertos sugieren que México podría mejorar la situación con más cooperación internacional, programas de integración laboral y atención a las causas raíz de la migración en Centroamérica.


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