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¿Es la compra y venta de votos una violación de los derechos humanos?

La coacción y compra del voto ha sido un tema recurrente de litigio electoral en México. Las denuncias y acusaciones durante los procesos electorales han sido una constante preocupación sobre una práctica considerada endémica de democracias con altos niveles de desigualdad económica, política y social. Sin embargo, se cuenta con escasa evidencia sobre su estructura y eficacia, al tiempo que prevalece la confusión sobre su definición.





Es interesante observar que, a pesar de las sanciones impuestas a los infractores de los procesos electorales en cualquier forma por la Ley Electoral, la compra y venta de votos en se está convirtiendo gradualmente en un fenómeno regular.


Judicializan menos de 1% de casos por compra de voto


Según la información de la solicitud de transparencia número 330024624000749, de 2018 al 23 de abril de 2024, se han abierto un total de 528 carpetas de investigación iniciadas por el delito de compra de votos.


En casi 50% de las carpetas se determinó abstención de investigar.

“en este país existe una impunidad (para este delito) mayor a 97 por ciento”.



En entrevista, Héctor Marcos Díaz Santana, extitular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, explicó que entre las razones para que los casos de compra de votos no lleguen ante un juez están “la capacidad de investigación para llegar a la verdad jurídica de los hechos”, además del “interés que tenga una institución para trabajar de manera transversal”.


El voto como Derecho Humano


La democracia es un sistema de gobierno fundamentado en la participación libre y voluntaria de los ciudadanos en la elección de sus representantes. Este principio se materializa principalmente a través del derecho al voto, que es un derecho humano esencial reconocido a nivel mundial. Sin embargo, cuando este proceso se ve manipulado a través de la coacción o la compra de votos, se vulnera no solo la esencia de la democracia, sino también los derechos humanos fundamentales. En este ensayo, se argumentará que la coacción al voto mediante la repartición de dinero constituye una violación grave a los derechos humanos.


El Derecho al Voto Libre y Justo


El derecho al voto libre y justo es un pilar fundamental de la democracia y está protegido por diversos instrumentos internacionales de derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 21) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Artículo 25). Estos documentos establecen que toda persona tiene el derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o a través de representantes libremente elegidos, en elecciones auténticas que reflejen la voluntad del pueblo.


La Compra de Votos como Coacción


La compra de votos, definida como el ofrecimiento de dinero o bienes a cambio de un voto específico, es una forma de coacción. Esta práctica pervierte el proceso democrático, ya que los votantes no emiten su voto de acuerdo con su libre albedrío, sino que son influenciados por incentivos económicos. Este fenómeno es particularmente prevalente en contextos de pobreza, donde las necesidades económicas pueden llevar a los ciudadanos a aceptar estas ofertas, aunque sean conscientes de la manipulación que ello implica.


Impacto en los Derechos Humanos


La coacción al voto mediante la compra de votos tiene múltiples implicaciones negativas para los derechos humanos:

  1. Libertad de Elección: La esencia del derecho al voto reside en la libertad de elección. Cuando un voto es comprado, esta libertad es completamente anulada, ya que la decisión del votante está condicionada por factores externos a su voluntad política.

  2. Igualdad: La igualdad en el proceso electoral se ve comprometida cuando solo aquellos con recursos suficientes pueden influir en el resultado de una elección mediante la compra de votos. Esto genera una disparidad de poder y mina la igualdad de condiciones que debe prevalecer en una democracia.

  3. Corrupción: La compra de votos es una manifestación de corrupción que deteriora la confianza en las instituciones democráticas y en el sistema político en general. La corrupción, a su vez, erosiona otros derechos humanos, ya que los recursos que podrían ser utilizados para mejorar las condiciones de vida de la población se desvían hacia prácticas ilícitas.


Consecuencias a Largo Plazo


Las consecuencias de la coacción al voto mediante la compra de votos son profundas y duraderas. Socavan la legitimidad del gobierno electo, generan desconfianza en el sistema democrático y perpetúan ciclos de pobreza y desigualdad. Además, una ciudadanía que ha sido sistemáticamente manipulada mediante incentivos económicos puede desarrollar una percepción distorsionada de la participación política, viéndola no como un derecho y una responsabilidad, sino como una oportunidad para obtener beneficios inmediatos.

Conclusión


La coacción al voto mediante la compra de votos es una práctica que socava los principios fundamentales de la democracia y constituye una violación directa de los derechos humanos. Para proteger la integridad del proceso democrático y garantizar que el derecho al voto sea ejercido de manera libre y justa, es crucial implementar medidas efectivas contra la compra de votos, tales como campañas de educación cívica, la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas en los procesos electorales, y la imposición de sanciones severas a quienes practican y facilitan la compra de votos. Solo a través de estos esfuerzos se podrá asegurar que la democracia se mantenga como un sistema genuino de gobierno por y para el pueblo.

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