Con estas palabras y visiblemente preocupado, el Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Ramón Castro, destacó el lunes durante un diálogo con medios la importancia de generar espacios que permitan poner sobre la mesa la violencia que vive el país para generar propuestas que encaminen a la paz.
La Iglesia católica de México realizó un primer llamado a repensar las estrategias de seguridad desde 2022, cuando el asesinato de dos jesuitas en el norte sacudió a la población y a la jerarquía eclesiástica. Ahora que diversas desapariciones y asesinatos siguen causando temor e indignación, la propuesta es sumar esfuerzos para crear una agenda que ofrezca soluciones al problema.
Esa hoja de ruta será resultado del Diálogo Nacional por la Paz, que se realizará en una universidad de la ciudad de Puebla —en el centro de México— del 21 al 23 de septiembre. El evento dará continuidad a foros previos de justicia, paz y seguridad de los últimos 15 meses y contará con representantes de organizaciones de la sociedad civil, académicos, víctimas y familiares de éstas, empresarios, integrantes de los gobiernos locales y grupos vulnerables, como migrantes e indígenas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador criticó con dureza el primer posicionamiento que realizó la Iglesia católica el año pasado —cuestionando su “hipocresía” por no alzar la voz durante las gestiones de sus predecesores— pero los representantes eclesiásticos consideran que la comunicación con el gobierno siempre será clave para avanzar y planean realizar acercamientos con quien obtenga el triunfo en las elecciones de 2024.
Los temas a tratar durante el Diálogo Diálogo Nacional por la Paz serán seguridad ciudadana, justicia cotidiana, derechos humanos y reconstrucción del tejido social. Una vez concluido, se presentará un documento con propuestas que sean aplicables en los ámbitos locales.
Monseñor Castro precisó que las parroquias y comunidades de fieles ya llevan tiempo sensibilizándose con los temas centrales de la agenda, por lo que una vez que se tengan las propuestas se cristalizarán de diversas maneras. En diócesis con recursos, por ejemplo, podría crearse una comisión especial para la creación de paz, pero las medidas concretas dependerán de la localización y recursos económicos de cada parroquia.
“Todas van a recibir el eco de lo que la propuesta de la agenda de paz tenga que dar”, dijo.
En la operatividad de las acciones también será clave incorporar las voces de las víctimas, dijo la hermana Juana Ángeles Zárate, presidenta de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México. “Aunque no podemos asegurar que un porcentaje total de la población mexicana se va a involucrar, queremos ir generando un proceso donde poco a poco se vaya involucrando la mayoría de las personas y qué mejor que los afectados”.
El reporte más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) establece que en 2022 se alcanzó una tasa de homicidios 25 por cada 100.000 habitantes —una reducción con respecto a los 28 por cada 100.000 de 2021— pero los hechos violentos continúan conmocionando a la sociedad en gran parte del territorio. El más reciente fue la desaparición de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, en el estado de Jalisco.
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AP
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