El pintor, que estaba enfermo y alejado de la escena pública, ha fallecido a los 72 años.
Un mago del engaño, un mentiroso, sí, y muy distante de ser un pintor hiperrealista, clasificación que rechaza tajantemente. Rafael Cauduro es irrepetible, creador de su propio abecedario estético. Reconocido por su perfeccionismo y técnica innovadora. Es un nato alquimista de la materia, un ser profundamente curioso de la experimentación y obsesionado por el paso del tiempo. Para su hija Elena: “la persona con mayor capacidad de asombro y que puede apreciar los mínimos detalles”. Opinión que muchos comparten.
El tiempo es un elemento concreto y tangible, algo muy presente en su obra. A Cauduro le interesa plasmar la manera en la que habitamos el espacio y nos relacionamos con el entorno. Da cuenta del patente deterioro como “una expresión del tiempo que imprime su huella en todos y en todo”. Deterioro visto por él mismo no como algo negativo, sino como continuación, símbolo de vida y “evidencia de que las cosas están ocurriendo”.
Sus obsesiones son lugares privados, recuerdos amados y reflexiones sobre las limitaciones humanas. Cauduro se abre a las miradas de otros y se hace consciente de la vulnerabilidad que nos es inherente.
“Su obra habla por sí sola, no se presta a equívocos. El espectador menos familiarizado es capaz de reconocer sus pinturas… Esta exposición valora sus aportaciones en técnicas y en narrativas a la historia del arte mexicano”, Alesha Mercado
Cauduro, el eterno innovador, fue uno de los artistas visuales más talentosos y de mayor fuerza en la historia del arte contemporáneo mexicano. Ahí, el alquimista de la materia nos alecciona sobre cómo “buscar la verdad haciendo buenas mentiras”.
UNAM
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