Manuel Ajenjo
No es la primera vez que el sustantivo cascajo y el verbo recibir, aparecen en el encabezado de esta columna relacionados con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado por Andrés Manuel López Obrador , en cuya declaración de principios propone erradicar el viejo régimen con ética, así como desterrar políticos corruptos que ven a Morena como atajo o trampolín. Servir y no servirse.
Hoy, Morena, al recibir cascajo, palabra que el diccionario de la RAE, en su segunda acepción define: “Persona o cosa vieja, inútil”, no sólo traiciona los principios que le dieron origen si no que además acepta una plaga que se convertirá en un pesado lastre que impedirá el buen navegar de la institución que, al parecer, con tal de engrosar sus filas está dispuesta, sin ningún filtro, a recibir políticos chapulines, maromeros, trinqueteros y transas viejas que se vendan.
El pensamiento con el que hago la introducción al tema vino a mi mente de manera reiterada al ver la fotografía de tres sonrientes senadores de la República sosteniendo en su respectiva mano derecha su credencial de afiliación a Morena. Aparecieron de izquierda a derecha: Adán Augusto López Hernández ; Miguel Ángel Yunes Márquez y Gerardo Fernández Noroña .
Los dos de los extremos, sin que la posición en la composición fotográfica tenga significado político, pertenecieron al famoso grupo de las corcholatas , es decir al conjunto de posibles candidatos a la Presidencia de la República por Morena, partido del que, al parecer por la fotografía, apenas obtuvieron su credencial en la que consta su afiliación. El personaje que aparece en medio es el cascajo de la discordia. Yunes Márquez llegó al Senado en representación del Partido Acción Nacional. Un grueso expediente de actos de corrupción y de enriquecimiento inexplicable de él y de su familia lo obligaron a cumplir con una imperecedera tradición de la política mexicana, sin importar quien gobierne, traicionar al partido que lo impulsó al Senado y dar su voto decisivo a Morena para la aprobación de la controversial Reforma Judicial. Pero no por eso, en automático, los morenistas lo iban a aceptar en sus filas, como, tal parece que así lo entendieron los dirigentes.
Más tardaron los tres alegres compadres en posar para la fotografía a la que aludo que surgir las protestas de militantes de la organización partidista encabezados por Rocío Nahle , gobernadora de Veracruz, tierra de origen del desprestigiado apellido Yunes, a las que se sumó el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara . Este no sólo pidió la no aceptación de Yunes Márquez en el partido, sino también la de Alejandro Murat , su antecesor priista en el gobierno oaxaqueño, quien, en seguida, respondió que él ha sido muy bien tratado en las filas del morenismo por lo que no piensa renunciar.
Cuestionada sobre el tema, la presidenta, Claudia Sheinbaum , esquivó el golpe al manifestar: “A quien está a cargo del partido le corresponde también mantener la unidad y también los principio del partido. Ellos tendrán que decidir”. Con esta ágil jugada verbal la mandataria puso el balón en la cancha de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán quienes en su afán de lograr la meta de 10 millones de militantes morenistas han recurrido hasta al viejo bastión magisterial del PRI: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cuyo líder Alfonso Cepeda es senador por Morena.
Salvo la mejor opinión del señor de Macuspana, actual habitante de Palenque, no sé si estamos viviendo la Cuarta Transformación del país o la cuarta transfiguración del PRI.
Punto final
¿Cuál es la diferencia entre una señorita y un político? Cuando una señorita dice no, es que quién sabe; cuando dice quién sabe es que sí; cuando dice sí es que no es señorita. Cuando un político dice sí es que quién sabe; cuando dice quién sabe es que no; cuando dice no es que no es político.
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