top of page

El Plan S

admin

Por:

Alberto Aguirre



La aprobación de Claudia Sheinbaum comenzó a registrarse desde el arranque del sexenio, hace cinco meses. Entre los encuestadores hubo unanimidad: la presidenta entrante obtenía la misma posición que Andrés Manuel López Obrador . Algunos expertos interpretaron —en ese momento— que el presidente saliente había logrado uno de los hitos de la opinión pública: convertir su popularidad en preferencia electoral.


Algunas de las últimas mediciones sobre AMLO, empero, no fueron publicadas. Inédita también quedó una encuesta —de una de las firmas demoscópicas preferidas por la Cuarta Transformación— que le concedió una aceptación de 85% entre los ciudadanos. Esta semana, El Financiero otorgó ese mismo porcentaje a la presidenta.



¿Llegará el momento en que Sheinbaum supere al político tabasqueño en el ánimo de la población? La evidencia disponible registra con claridad que AMLO polarizaba más que la exjefa del Gobierno capitalino y también, que ella resulta más empática a la gente.


Desde el inicio de su sexenio hasta el pasado martes 4, el ascenso de Sheinbaum era rampante. Inició en 70% y en algunas interpretaciones, se habría beneficiado de un efecto nacionalista provocado por las amenazas intervencionistas de Donald Trump. La precuela de la guerra arancelaria es un punto de quiebre: la percepción de la seguridad pública es —todavía— la principal preocupación de la ciudadanía. El ajuste económico al que obliga la imposición de aranceles también tendría que modificar la hoja de ruta planeada por la administración Sheinbaum.



¿La presidenta concitará el respaldo popular como lo hizo Lázaro Cárdenas ? Tal comparación —que parecería exagerada para historiadores y analistas políticos— corre con amplitud entre los morenistas. Y justificaría el llamado a la movilización del próximo domingo 9 en el Zócalo capitalino.


La importancia del momento es indubitable, pero las fuerzas partidistas han regateado su respaldo en la postura presidencial sobre la imposición de aranceles decretada por el presidente de Estados Unidos.



¿El aumento del patriotismo es el principal detonador de la aprobación presidencial? A juzgar de la retórica construida desde el Salón Tesorería, es muy probable que se haya generado este efecto en las últimas 10 semanas. Aunque también es posible que hayan contribuido la ausencia de críticas de las élites a los planteamientos la política exterior y comercial, así como la cobertura o cobertura mediática en esta etapa previa a la guerra arancelaria.


La expresión rally-round-the-flag está presente en el léxico de diplomáticos y politólogos desde hace cinco décadas. Si los asesores de Palacio Nacional apuestan a un efecto de largo plazo, pueden cometer un error catastrófico y en los hechos existen múltiples ejemplos sobre los Ejecutivos que experimentan subidas relativamente breves en sus índices de aprobación, inmediatamente después de acontecimientos repentinos y destacados en política exterior.


Es muy probable que la magnitud del efecto esté asociada al grado de apoyo que la postura gubernamental obtenga de los partidos que integraron el bloque opositor. Y que, como demuestra ampliamente la literatura, este momentum sea efímeros e ineficaz para la tarea que se ha trazado el aparato de comunicación gubernamental:


Apuntalar la imagen de la Presidenta… para desamarrarla del fundador de Morena.



¿Aranceles recíprocos? ¿Medidas inmediatas? La serenidad puede ser vista como apocamiento por un sector de la opinión pública que no se identifica con el partido guinda y que en el escenario de un shock económico en el corto plazo termine su luna de miel con la presidenta.

 
 
 

Comments


bottom of page