“El llanto de las tortugas": Un documental sobre la transformación de una familia de pescadores en defensores del medio ambiente en Bahía de Kino
El largometraje documental El llanto de las tortugas, dirigido por Jaime Villa Galindo y producido por Victoria Arellano Rivera, cuenta la conmovedora historia de la familia Becerra-Esquer, originaria de Bahía de Kino, Sonora, que pasó de ser pescadores a convertirse en defensores apasionados de las tortugas marinas. A través de este viaje, el filme revela no solo la profunda conexión que establecen con el océano, sino también las difíciles condiciones laborales que enfrentan los pescadores en su comunidad.
La historia de Cosme Becerra, Mónica Esquer y su familia comenzó como "predadores del mar", pescando y recolectando recursos marinos, hasta que un encuentro con una tortuga los transformó por completo. Tras ver el sufrimiento del animal, decidieron crear el Grupo Tortuguero de Bahía de Kino, una organización comunitaria dedicada al rescate y conservación de la tortuga laúd, la caguama y la golfina, especies en grave peligro de extinción debido a la contaminación, la pesca incidental y la pérdida de hábitats.
"Queremos mostrar que hay otro norte, donde las personas se dedican a preservar la vida marina y construir un futuro sostenible", afirma Jaime Villa, quien resalta la importancia de contar estas historias de esperanza y conservación.
A través de su documental, el director también aborda la dura realidad de la comunidad de Bahía de Kino, donde muchos pescadores enfrentan condiciones precarias de trabajo, problemas de salud como osteoporosis y afecciones cardiovasculares, y una lucha constante por mejorar su calidad de vida.
Victoria Arellano, productora de la película, subraya la importancia de dar visibilidad a estas historias de sacrificio y esfuerzo. "La comunidad de Bahía de Kino no vive de la conservación ambiental; nadie les paga por salir a monitorear. Es un trabajo voluntario, pero ellos ponen su cuerpo y tiempo para cuidar de las tortugas, y eso merece ser reconocido", afirma.
El proyecto fue posible gracias al apoyo recibido en 2019 por parte de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Desde su estreno, El llanto de las tortugas ha recorrido diversos festivales nacionales e internacionales, incluidos DocsMX 18, el Festival de Cine Santiago Wild, y el Film Fest Tucson 2024, posicionándose como una pieza relevante de la cinematografía documental en el país.
Un viaje inesperado hacia el corazón de la conservación
La conexión de Villa con el Grupo Tortuguero de Bahía de Kino fue fortuita, pero rápidamente se convirtió en una pasión por compartir la historia de transformación y resistencia de esta familia y su comunidad. "Nos dimos cuenta de que, como hermosillenses, no conocemos realmente los espacios que habitamos. En Kino hay ballenas azules, orcas, y fue la familia Becerra y el grupo tortuguero quienes nos enseñaron a redescubrir nuestro propio territorio", reflexiona Villa.
La investigación, que comenzó en 2015, se intensificó entre 2020 y 2021, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a realizar múltiples pausas en la filmación, adaptándose a las restricciones sanitarias. Sin embargo, el resultado final, que se culminó con apoyo de la Secretaría de Cultura y Estudios Churubusco, es un retrato honesto y conmovedor de la lucha por la conservación en un contexto de vulnerabilidad.
La Ruta Tortuguera: Distribución alternativa y comunitaria
En lugar de optar por un circuito comercial tradicional, El llanto de las tortugas se ha distribuido a través de una estrategia alternativa y comunitaria conocida como La Ruta Tortuguera. Este modelo, inspirado en el viaje migratorio de las tortugas marinas, lleva el documental a comunidades costeras y fronterizas de México. El objetivo es generar conciencia sobre la conservación ambiental y la situación de los pescadores, con proyecciones en cineclubes, bibliotecas y espacios comunitarios.
La distribución de la película ha contado con el apoyo de EFICAS, un estímulo al cine en Sonora, y EFICINE, mediante IMCINE y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Inicialmente, se planearon 98 funciones, con 22 presentaciones en municipios de Sonora, pero la respuesta del público ha sido tan positiva que el número de proyecciones continúa en aumento.
"El norte de México tiene historias de esperanza y conservación que merecen ser contadas", concluye Jaime Villa. El llanto de las tortugas es un testimonio del poder transformador del encuentro con la naturaleza y del esfuerzo colectivo por preservar el ecosistema marino.
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